PARQUE NACIONAL KRUGER.
Tras aterrizar en Johannesburgo, nos dirigimos directamente al parque nacional más famoso de Sudáfrica. La posibilidad de visitar estas áreas protegidas por tu cuenta (no es necesario ir con agencia) hace que dediquemos diez jornadas para recorrer este extenso parque.
SUAZILANDIA.
Abandonamos el Kruger y nos adentramos en el pequeño reino de Suazilandia.
Después de largas jornadas encerrados en el coche sin apenas estirar las piernas, al fin encontramos un par de áreas en las que los humanos no entramos en la dieta de la fauna local, por lo que aprovechamos la ocasión para hacer algunas caminatas.
SUDESTE SUDAFRICANO.
De nuevo en tierras sudafricanas conducimos hasta el sudeste del país para visitar el estuario de Santa Lucía y los parque Hluhluwe-Imfolozi.
La fauna salvaje no representa ningún peligro siempre que no se baje del coche y se respeten ciertas normas de seguridad. Una muy a tener en cuenta, es mantener la distancia con una manada de elefantes, máxime si ésta cuenta con crías. Pero en ocasiones, te puedes llevar un buen susto como el que nos llevamos nosotros al encontrarnos de frente con esta numerosa manada en una sinuosa pista de Hluhluwe. Tras retroceder unos centenares de metros marcha atrás... otro enorme paquidermo nos cerró el paso por la retaguardia. Por suerte la manada decidió obviar a este par de seres atemorizados y seguir camino a través de la vegetación.
DRAKENSBERG.
Pero Sudáfrica no son sólo animales salvajes, también cuenta con áreas de montañas espectaculares. Una de las más famosas son las que conforman la cordillera de los Drakensberg.